En economía se llama deflación a la bajada generalizada y prolongada (como mínimo, dos semestres según el FMI (Fondo Monetario Internacional) del nivel de precios de bienes y servicios. Es el fenómeno contrario al de la inflación.
Suele responder a una caída en la demanda y puede tener consecuencias más negativas que la inflación.
Según esta definición, la deflación es una positiva económica debido a la baja de precios, por lo cual los ingresos semanales, mensuales o incluso anuales en una deflación prolongada, no sufren duro golpe, y el consumo puede ser mayor al acostumbrado.
Por otro lado, para los comerciantes, estado e industrias, una deflación prolongada no suele ser nada sana, debido a que de hecho los consumidores prefieren no comprar porque los precios bajan y bajan, prefiriendo guardar su dinero para consumir después (Baja la demanda). Esto produce disminución de la circulación de dinero en el mercado y pérdida de dinero en las industrias y grandes empresas distribuidoras, por lo que si disminuyen las compras también el aumento de bienes y prestación de servicios bajan (disminuye la oferta).
* Disminuye la oferta, nadie quiere vender a poco precio.
Para el consumidor economista, la inflación es muy positiva ya que nos permite ahorrar más y tener menos costos. Sin embargo para los comerciantes una deflación prologada no es buena, por lo que a la larga podría afectar el comercio, y más tarde al consumidor con productos de menos calidad.